miércoles, 14 de octubre de 2009

Conejos pardos


Buenas noches:

Estaba pensando en contestar tu sms, pero siempre se me queda pequeño y a veces estoy un rato, como una boba, mirando el cursor en la pantalla porque es un acto de gran responsabilidad escoger bien las palabras. Me he prometido, sin embargo, antes de empezar a escribirte el mail dejarme de metáforas y grandes construcciones sintácticas, por probar a entendernos de verdad, por probar algo nuevo contigo.

Espero que tus hospitales vayan bien en la medida de lo posible. Parece que mis días de caldos de cocido y croquetas en taperwares están a punto de acabar, pero sin querer me he metido en Junio y ahora no sé cómo salir. Junio es una de las cinco cosas que más odio en este mundo - sí, sí, los zapatos de los 90 también,por supuesto - porque no hay nunca nada seguro,porque la gente anda por ahí medio desquiciada y a mí, que me desquicio por pocas cosas, los exámenes finales siempre me han parecido algo muy sano en lo que ocupar mi pequeña mente retorcida. Es mi periodo de gran indecisión, donde todos los aspectos de mi vida caen en la espiral del "¿ Y si...?" maldito que me congela las primeras noches de verano alcarreño. La administración es lo peor que tiene Junio, de repente parece que todo el mundo quiere una fotocopia del DNI, pero si por mí fuera, recortaba la cara de Redondo de los cromos de Panini de la temporada 95/96 y me la ponía encima de mi foto. ¡Qué desastre! y otra vez con mis problemas de prioridades: prefiero estar escribiéndote un mail a estas horas, ya casi tempestivas, en vez de dormir para otro eterno y apasionante día de biblioteca - Biblioteca Almudena Grandes -; prefiero pensar en mis zapatos caros que en cómo voy a solucionar la burocracia de septiembre.

Tendría que preguntarte por ti,por cómo estás, pero lo relativo a tu vida académica no me importa y por lo demás, sólo me interesa lo que tú quieras contarme, lo cual es imposible de averiguar a menos que tú me lo cuentes primero. Incluso pudiera ser que quisieras confesarme que últimamente tú también has visto conejos por ahí y que andas triste por algo que no sabes lo que es.

Un beso de medianoche

Laura

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