martes, 8 de marzo de 2011

Tetas ideales e idealistas


Me dan asco las grandes tetas de mentira, las cinturas de avispa y los muslos de palillo de bar; los idealistas ingenuos que piensan que eso es de verdad, que las mujeres tenemos que trabajarnos para estar tan buenas como esta o como aquella, como si, además de lo demás, fuera el fin último de nuestra existencia.

Las mujeres se levantan a las 5, a las 6 o a las 7 de la mañana y que van a trabajar, que tienen hijios y trabajan, que tienen casas, hijos, maridos y trabajan. Esas son las mujeres que tú conoces, idiota. Las otras son photoshop, son FX, son puro Vegas, ¿por qué? porque un pecho cuando crece, crece con estrías, cuando un pecho encoge, enconge con estrías; porque la gente tiene imperfecciones en la cara, las tienes tú, la chica con la que te cruzas todos los días, tu hermana y la novia de tu mejor amigo; porque las caras perfectas, lo sabemos todos, se hacen con el tampón de clonar de Photoshop, porque resulta que quien no tiene la piel mixta, la tiene grasa y todos pálida si estamos en febrero, listillo.

Porque esta y aquella se dedican a su cuerpo. No, no voy a pedirte que intentes mantener una conversación con ellas, sólo que te fijes en su cara, en la cara de la foto de al lado y en la cara que tenía hace un año, ¿estás seguro de que es la misma persona?

¿La mujer perfecta? Mi madre y la tuya, han parido y se han deformado, todas sabemos y asumimos que eso pasa, que las tetas se caen y el culo crece, que la celulitis es la cosa más mundana después de un pedo, pero no molesta a nadie.

Aquella, que puede no tener ni nombre, pasa 12 horas entregada a modelar su cuerpo, por el ordenador, en el gimnasio, en la peluquería y en el masajista. Sale perfecta a la calle, pulcra, impoluta. ¿Y mi madre? ¿Y la tuya? ¿cuánto tiempo se dedican? su cuerpo se ha modelado con el paso de los años; el gimnasio, quizá, con suerte, tres horas en semana; la peluquería para sanear las puntas o para las bodas y el masajista...¿alguien tiene el número de alguno en su agenda?.

El pelo se peina como buenamente se deja en media hora, la más generosa; las mascarillas de la cara Deliplus, por favor, que no estamos para tirar cohetes; exfoliante una vez por semana y mascarilla capilar si te acuerdas o si no tienes prisa. ¿Manicura, pedicura, rayos UVA, depilación láser, terapias capilares, diseño de cejas? ¿Perdona?

LA ROPA. Eso otro día, que ya me cansa quejarme. Si yo me compro una abrigo, tengo que procurar que combine con absolutamente todo lo que haya comprado los tres años anteriores si no quiero romperme la cabeza cada vez que abro el armario, a las 7 de la mañana.

Las tetas grandes, redondas, brillantes, sin estrías, tersas, firmes e iguales...se hacen con Ctrl C, Ctrl V. Ya que has visto tantas, aprende a distinguirlas.

Coindicencia: hoy es el día de la mujer trabajadora.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Ciencia y Ficción


A veces ocurre. Ocurre cuando a una ya no le queda más remedio, porque se está ahogando en penas tontas, porque se agobia por cosas que no tienen más remedio que solucionarse por sí mismas. En ese momento aparece el maldito agujero de todos los domingos por la tarde, la madriguera de conejo perfectamente mullida, invitándola a tirarse de cabeza.

No es una panacea para mis problemas, pero desde luego es una salida como cualquier otra. Quizá sea más interesante ver a alguien entrar por la ventana que por la puerta, pero pocas cosas hay más ficticias que ponerse un vestido azul y un lazo en negro en la cabeza, creer que una se llama Alicia y dejarse llevar y arrastrar por un mundo paralelo de fantasía, hecho a medida y a golpe de realidad, por contradictorio que parezca.

Un golpe aquí, es un cuadro en la pared allí. Una mala contestación aquí, suena en vinilo francés y me hace bailar. Y todas esas cosas que han pasado y no me gustan, son pelusas grises que tengo encerradas en jaulas, algunas, claro, más grandes que otras.

Por esas tonterías que me rescatan de mí misma y le dan luz y color a las semanas de invierno.

Quiero preparar una sesión de fotos de fotomatón: me parece que son a la fotografía lo que los posit a la literatura. Ja.

lunes, 7 de febrero de 2011

Los delfines se rompen


Un niño es una alegría. O eso dicen las malas lenguas.

Yo lo fui. Tanto, tantísimo, que mi padre decidió regalar a mi madre un precioso conjunto decorativo para rememorar aquel momento tan importante. Se presentó en la joyería 'de la Mari', señaló, se envolvió y se lo llevó. Entramos a un mismo tiempo en casa: tres figuras y yo. Ésta es la historia de los delfines de cristal, ligada, por vicisitudes de la vida, a la mía propia.

Nunca fui una niña nerviosa, pero nunca dejé de ser una niña hasta que el tiempo me lo curó. Mi hermana se encargaba de romper todo lo que yo nunca me atreví a tocar. Por su culpa y nada más que por su culpa, el salón de nuestro piso estaba vetado por completo a nuestras combas, muñecos, coches y vinilos de Miliki, excepto los domingos cuando mi madre lo limpiaba y nosotras entrábamos a bailar como la charanga de mi pueblo.

“Verás cuando los rompas”. Era el cántico, el rezo, la oración que mi madre pronunciaba en casa todos los fines de semana y que no dejaba lugar a dudas: yo, y sólo yo, como una certeza ineludible, sería quien rompería los delfines el día menos pensado.

Siempre creí que en el salón reinaban ellos con su infinita fragilidad. Dijeron mil veces que los delfines me simbolizaban a mí. Desde los cinco años he intentado averiguar qué clase de metáfora retorcida hay circulando por el mundo como para que unos delfines de cristal me simbolicen, a mí, que puedo convertirme en casi cualquier cosa.

En los cumpleaños suelo ser yo, quiero pensar que por inercia, quien se siente delante de los delfines, acaso para protegerlos (y protegerme a mí también, ¿no?). En el último, mi tío Andrés dio un codazo a uno de ellos. El sobresalto fue tal que grité más que mi madre. Desde aquel día sé que es inevitable que acaben hechos cachitos en el suelo del salón.

Siempre he bromeado con la idea de que cuando tenga una gran crisis de identidad, cuando me encuentre perdida del todo y no sepa qué hacer con mi vida, cogeré la maza que tiene mi padre en el banco de trabajo y los destrozaré con la furia y la rabia contenida de todos estos años.

miércoles, 26 de enero de 2011

Exclamativa


Un signo de exclamación al final de una oración -ya no nos molestamos en pedirlos al comienzo- indica énfasis en la enunciación.

Dos signos de exclamación al final de una oración -falta de ortografía, ea- significaría mucho énfasis en la enunciación.

Tres signos de exclamación al final de una oración significa, mínimo, que alguien está gritando como el pregonero de mi pueblo la frase en cuestión y que, de la emoción, le ha dado un tick en el ojo izquierdo.

Cuatro signos de exclamación al final de una oración significa que te has metido algo muy prohibido, repetidas veces, y que tienes algo muy importante que quieres compartir con el mayor número posible de gente.

Cinco signos de exclamación significa..."¿Qué clase de persona', dijo Salzella con paciencia, 'se sienta y escribe una risa maníaca? ¿Y ves todos esos signos de exclamación? ¿Cinco? Un signo claro de alguien que lleva los calzoncillos en la cabeza. La ópera ( y el tuenti) puede hacerle eso a un hombre".

jueves, 20 de enero de 2011

Rebajas de enero


Se venden canciones usadas de Sabina y acueductos romanos a precio de saldo. Ofertas de liquidación en inscripciones latinas y lecciones de indoeuropeo por traslado de negocio. Llévese dos ruinas y pague una. Textos catulianos a mitad de precio y descuentos increíbles en Odas y Épodos. Por la compra de dos tomos de Adrados, uno de Baños a elegir. Promoción exclusiva en etimología Helenística eólica con rebajas de (¿hasta?) un 35% en sustantivos en -ντ.

Se ofrecen también clases particulares para lecciones aprobadas en "Historia de Asia Menor" y se venden ejercicios de gramática griega por el método Ruck. Grandes y pequeños textos en stock en latín, griego y antiguo indio. Marcapáginas elegantes y estanterías de dos baldas para libros de la colección Gredos.

Se organizan excursiones a ciudades romanas (comidas y cenas no incluidas) con sauna turca en fines de semana fuera de temporada. Aproveche la oportunidad y llévese a su casa cuadros pompeyanos de dudosa calidad y recuerdos en hexámetro dactílico. Y por 10 céntimos más, cesura bucólica recién hecha.


Lua