domingo, 12 de abril de 2009

Moscas en la casa

Vuelve y deja que te cuente mis teorías sobre cuando tú no estás, en el monstruo horrible y escurridizo en el que me convierto cuando pienso en ti demasiado tiempo. No voy a contarte toda la verdad y nada más que la verdad, porque la mentira me hace humana, pero dejaré de inventarla, empezaré a devolverte nosés a cada respuesta en falso que no sepa darte con palabras vanas.

Las cartas desde Iwo Jima pierden poco a poco su fuerza poética y la literatura está empezando a encogerme en los zapatos. Confiaba en la abstracción de tu cubismo y mi surrealismo manierista para cartearnos con la deferencia artística del descabello más humano, donde una palabra junto con otra pudieran ser mil cosas y ninguna a la vez, donde lo que se dijera pudiera ser un cubo de Rubick de ilógica solución.

Siento las formas, no tengo otras, me he aferrado a la sinrazón de esto que tenemos y ahora no sé tomar la salida, ni la buena ni la mala. Dejaré crecerme dentro la semilla negra del olvido con rencor.


Lua

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